Con el objetivo de identificar las tendencias, dificultades y facilitadores que enfrentan los docentes para implementar métodos de innovación educativa en sus clases, Elige Educar junto con Fundación Luksic realizaron el estudio “Innovación educativa en el aula: transformando la enseñanza y el aprendizaje para el siglo XII”, aplicado a más de 1.800 docentes y educadores a lo largo de todo Chile.
Del total de profesores encuestados, un 44% pertenece a establecimientos educacionales con dependencia municipal, mientras que un 44% a establecimientos particulares subvencionados y el 12% restante a colegios o liceos particulares pagados. En cuanto a la ubicación geográfica se desprende que un 66% está en la Región Metropolitana y el 34% restante en otras zonas del país.
En una época especialmente desafiante, marcada por la pandemia del Covid-19 y el aumento en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICS), innovar ha sido casi un deber para los profesores. Sin embargo, según el estudio, un 99% de los docentes concuerda en que, para que este proceso de innovación sea exitoso, se requiere un fuerte vínculo con la comunidad educativa y el entorno de las escuelas. Además, el 98% afirma que innovar requiere iniciativa por parte de los docentes, pero también apoyo de los directivos.
En cuanto a la aplicación de técnicas educativas innovadoras, un 94% de los docentes afirma que es parte de los procesos de innovación en su colegio y un 74% de ellos dice haberse capacitado en esta área. Como principales facilitadores de la innovación en el aula, gran parte de los docentes destaca el trabajo colaborativo con sus pares. De hecho, el 90% comparte que el intercambio de opiniones e ideas es fundamental para alcanzar este objetivo.
“En un contexto de cambios propio del siglo XXI, es fundamental promover la innovación pedagógica y para eso es importante comprender cuáles son los factores que favorecen esa innovación que es necesaria. Por lo mismo, hicimos este estudio que nos da luces de este tema, con el fin de –por una parte– orientar a los establecimientos educativos, así como a las políticas públicas para que, de forma integral, podamos promover un ambiente que favorezca la innovación docente, con el fin de mejorar la experiencia educativa de los estudiantes”, explicó el director Ejecutivo de Elige Educar, Joaquín Walker.
Motivaciones para innovar
Otro de los objetivos del estudio fue conocer las motivaciones de los docentes para comenzar a aplicar innovaciones educativas. Fue precisamente de esa pregunta, que se desprendieron los siguientes resultados: un 48% de los docentes comenzó a innovar para mejorar los resultados en el aprendizaje de sus alumnos; 41% lo hizo por la necesidad de generar cambios en la sociedad y 35% afirmó que sus motivaciones fueron la crisis social y la pandemia.
Sobre estos resultados, José Gutiérrez, director del Laboratorio de Educación de Fundación Luksic, destacó que “el mundo de la educación lleva años empujando la innovación como una forma de dar respuesta a los múltiples requerimientos que han ido emergiendo. Siempre decimos que es importante, incluso impulsamos políticas –a nivel nacional, o establecimiento– para que ocurra, y asumimos algunos resultados vinculados a ella. Pero el cómo ocurría, desde la perspectiva de los docentes, estaba en una caja negra donde no habíamos entrado. Hoy tenemos información de excelente calidad para pensar de manera realista en cómo empujar los cambios desde los docentes, no desde una definición general sino que desde múltiples actores desarrollando su quehacer”.
Finalmente, consultados por las limitaciones con las que se enfrentan los docentes para innovar, un 42% respondió que se debía a falta de tiempo para realizar las tareas exigidas, mientras que un 33% apuntó a la falta de apoyo económico para ejecutar este tipo de iniciativas.
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